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ÓRGANOS DE GOBIERNO DE FUNDACIÓN HISPÁNICA

Criterios de actuación

En Fundación Hispánica se suele invocar una cita del príncipe Sadruddin Aga Khan, antiguo alto comisionado para Refugiados de Naciones Unidas (UNHCR) desde 1960 hasta 1970: “El regalo perjudica el respeto hacia el donante por parte del destinatario, así como la propia dignidad del beneficiario. Sólo se cuida con esmero lo que se ha ganado con el sudor de la frente”.

Se entiende, pues, que el producto típico de estas Fundaciones, promovidas por banqueros, es el préstamo que no cabría en un Banco comercial. Es decir, sin intereses, con amortización flexible, sin las garantías propias de las entidades financieras pero, en todo caso, solamente contemplado para proyectos viables, que sean capaces de devolver lo que reciben en préstamo.

Algunos principios básicos de funcionamiento de las fundaciones

Los destinatarios deben ser siempre entidades sin ánimo de lucro. La Fundación no entra en negocios, ni presta para que otros los hagan.

No basta con carecer de ánimo de lucro, es necesario que el proyecto sea serio y sirva para ayudar a las personas. La Fundación trata de llegar donde las entidades financieras no pueden hacerlo.

Nunca se presta para cubrir déficits: sería tanto como crear dependencias y obligarse a sostener el proyecto. La Fundación no promueve, sino que ayuda a la financiación de lo que otros promueven.

Nunca debe financiarse la totalidad de un proyecto: quien lo promueva o lo presente debe arriesgar en primer lugar. La prudencia aconseja no financiar más allá de un tercio, y que los promotores arriesguen al menos otro tanto.

Se huye de la publicidad y se evita el marketing o el reconocimiento social o comercial.

Criterios de actuación

Según estos principios, a la hora de estudiar las solicitudes se siguen los siguientes criterios de actuación:

1. Primer contacto

La Fundación no hace publicidad de sus ayudas ni toma la iniciativa de ofrecerlas.

La Fundación es una entidad de último recurso; quien acude a ella debe haber agotado otras fuentes de financiación y no tener capacidad de obtenerla de entidades bancarias.

Se debe tratar directamente con el responsable real del proyecto, sin intermediarios, para no entorpecer el proceso.

La meta es ayudar a las personas. Debemos identificar sus problemas y posibles soluciones. Si el diagnóstico y el enfoque son buenos, lo demás es secundario.

2. Concesiones

Antes de la concesión de una ayuda, el beneficiario debe presentar un plan de actuación coherente y viable. El interesado puede contar con la asistencia técnica de la Fundación.

A la hora de conceder una ayuda es necesario concretar previamente su importe económico total para evitar que el beneficiario extienda la ayuda partiendo de un importe inicial bajo.

La concesión requiere contar con el respaldo, aunque sea más moral que económico, de alguna institución con solvencia contrastada.

La Fundación no asumirá la financiación en solitario: se requieren aportaciones de recursos propios, en cuantía adecuada a la capacidad del beneficiario y, en ocasiones, de otros financiadores.

3. Instrumentación de la ayuda

La Fundación prefiere dar ayudas reembolsables. Las aportaciones a fondo perdido son algo excepcional porque esto podría conducir a financiar proyectos no viables.

La financiación es siempre flexible y se adapta a las necesidades del beneficiario.

Una vez aprobada una ayuda, se conviene un calendario de ejecución. Por lo general, será corto y nunca mayor de diez años. Si se requirieran plazos de carencia, en esos períodos el beneficiario se debe comprometer a realizar amortizaciones, aunque sean simbólicas.

4. Denegaciones

Demorar una petición es peor que el no de entrada. Hacer esperar al peticionario puede crear en él falsas expectativas y enfados.

Se dará un no automático a:

– Cualquier solicitud que no pueda aprobarse en un plazo de tiempo breve.

– Cualquier proyecto que infrinja las normas legales o morales (abusos laborales, evasiones fiscales, blanqueo de dinero, explotación de la infancia o de la mujer, etc.).

– Cualquier tema polémico y político.

– Cualquier tema que no sea publicable o suficientemente transparente.

– Cualquier petición de quien haya demostrado falta de compromiso.

– Las peticiones de quienes se nieguen a poner en riesgo sus propios recursos, dejando así todo el riesgo económico a la Fundación.

– Aquellas ayudas que se soliciten para financiar proyectos comerciales o desarrollos de negocio.

– Al benefactor que tome una actitud beligerante exigiendo la concesión como si fuese un derecho.